Lidia Tortosa Carreño
Catorce años en el momento de redactar esta página
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Solemos definir a los amigos como personas a las que conocemos, con quienes hablamos, con los que salimos de de marcha o juerga…
Pero una buena definición de “amigo” no es esa. Es otra más sencilla. Basta con decir que un amigo te ayuda en lo malo y en lo bueno; te da su cariño y su apoyo; te defiende. ¡Y te acompaña siempre!
A veces piensas que una persona es un buen amigo y le das toda tu confianza y tu fe, pero, luego, algunos fallan en los momentos mas duros.
También se puede tener un amigo de la infancia, al que has querido como a un hermano, pero encuentra novia y ella le prohíbe hablar con su confidente de siempre, ¡ni verla! ¡Ya has perdido a tu mejor amigo!
También suele pasar mucho que una amistad se pierde por la intervención de una tercera persona. Como un caso que conozco.
A una niña le gustaba un chico y se lo contó a su amiga, y tan bien le hablaba de él, que las dos terminaron enamoradas de la misma persona. Sin querer, se acabaron dieciséis años de amistad. ¡Nada importó que hubiesen crecido juntas!
Aunque…, si lo piensas, comprendes que todo es una tontería, que si hay amistad de verdad nada ni nadie la puede romper.
Hay que tener cuidado con la elección de los amigos porque a veces parece que son buenos y luego te hacen daño. Vas conociendo a gente y coges cariño a las personas que sientes que te apoyan. Pero no siempre son sinceros y, en realidad, ocultan su auténtica personalidad o sus intenciones. Hay casos que te inducen a consumir bebidas, drogas…, y, sin darte cuenta, te vuelves como ellos.
Es bueno conocer a gente y llevarse bien con toda ella, pero buscar amistad ha de hacerse más entre gente como tú, de tu misma clase, con aquellos que piensan como tú.
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