El drama de los reformatorios
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ESTHER ALONSO SANTIAGO


Trece años en el momento de redactar esta página


Los reformatorios son centros de internamiento de menores. Algo así como una antesala de la cárcel. Un lugar donde se está bajo la vigilancia de los monitores.

Allá van los niños que se saltan las clases, se escapan de sus casas, roban o son muy agresivos.

Primero pasan por la comisaría, donde son fichados. Pueden ser mandados directamente a sitios donde están controlados a la espera de la decisión del juez, que es quien te manda al pesebre, reformatorio en el argot.

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Si intentas escaparte te castigan con el aislamiento, nombre que suele designar a una que es una habitación pequeña cuya ventana está muy arriba.

Te pueden dejar ahí uno o varios días, también semanas.

Luego están las peleas. Es muy duro, porque si te pegas con uno, te pueden pegar todos.

Si estás solo en el servicio, o en cualquier lugar aislado, te pueden hacer mucho daño.

Lo mejor es que no te metas en líos, porque no saldrías nunca. Si estás hasta los 18 años es posible que te manden a la cárcel, que aún es más dura que el reformatorio.


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